Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
Dios entiende tus sentimientos. Conoce perfectamente aquello que te causa temor y angustia así como lo que te da paz y tranquilidad. Cuando Pedro escribe sobre el sufrimiento, la humildad y el depositar nuestra ansiedad en Dios, la iglesia estaba siendo perseguida ferozmente. No era un tiempo tranquilo. No era un tiempo de “paz”. Sin embargo, lo que Dios nos muestra a través de Pedro es que las circunstancias no pueden ni deben dictaminar tu estado de ánimo. ¿Cómo se logra esto? Depositando en Él (Dios) toda ansiedad. Imagina por un momento lo que la iglesia atravesaba en ese entonces. Prácticamente la muerte los acariciaba todos los días. ¿No crees que era motivo suficiente para estar nervioso y ansioso? ¡Por supuesto que lo era! Así también tu tienes tus motivos que te quitan el sueño. Cada uno de nosotros atraviesa distintos sufrimientos. Cada uno de nosotros atraviesa distintas pruebas. Pero todos convergemos en un mismo punto cuando aprendemos a entregar toda nuestra ansiedad derivada de las pruebas, el sufrimiento y la angustia al Rey de reyes, al Todopoderoso, a Aquél que venció al mundo, a Jesucristo. ¡Ahí podemos respirar y sentir descanso. Entendiendo que las cosas no deben cambiar. De hecho, para la iglesia en el tiempo de Pedro, las cosas no cambiaron. La persecución continuó. Pedro moriría crucificado y, a petición suya, sería de cabeza para no morir igual que Jesús. ¿Puedes ver lo que Dios está tratando de enseñarte? ¿Puedes darte cuenta de cómo sus principios revolucionan nuestra manera de pensar y actuar? Allá afuera nos tratan de vender productos para reducir el estrés. Vacaciones para descansar. Masajes para relajarse. En fin, hay tantas cosas que buscan minimizar el sufrimiento. Pero Dios no trabaja así. Dios nos dice: trae a mí tu ansiedad. Trae a mis pies tu sufrimiento. Trae a mis pies tus dolores y penas. Trae a mis pies tus angustias y pesares. Yo te cuido y voy a darte gozo, paz, vida abundante y alegría. ¡Increíble! Él le da sentido a nuestra vida diaria. Él nos da razón para levantarnos y salir un día más. Tal vez todo está de cabeza en tu vida. Tal vez nada tiene sentido y llevas tiempo queriendo encontrarlo. ¿Sabes? Tal vez Dios quiere enseñarte lo mismo que le enseñó a su iglesia en tiempos de Pedro: siéntente gozoso de sufrir a causa de Cristo; se humilde en todo lo que hagas; confía en que Él te cuida y entrega toda tu ansiedad a Él. Olvida el querer entender lo que sucede y confía que Él tiene el control.
Mientras la iglesia estaba siendo perseguida y aplastada injustamente, Pedro nos dice: manténganse humildes. No dejen que el coraje y la soberbia se apoderen de ustedes. Asimismo, hoy te digo: mantente tranquilo y humilde de corazón. No importa lo que estés atravesando, Dios te cuida, te ama y está a tu lado. No necesitas entender lo que te está pasando. Solamente necesitas reconocer que necesitas de Él. Entrega toda tu ansiedad, todas tus dudas y todos tus miedos al Único que puede eliminarlos de tu vida sin tener que cambiar las circunstancias. Se humilde en todo lo que hagas y deja que el Señor se encargue de todo lo demás.